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El Libro de Ester

Capítulo 6. Mardoqueo honrado

Es fascinante observar la serie de coincidencias, ninguna de las cuales podrían haberse previsto, que dio respuesta a las oraciones de los judíos durante los días de ayuno.

6:1-3. Una noche sin dormir

6:1. “Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y pidió que le trajeran el libro de las memorias y crónicas y que las leyeran en su presencia.”

No tenemos ninguna indicación porque el rey no podía dormir, pero los historiadores dicen que durante sus campañas militares ocurrió esto. Pero el texto lo incluye y tal detalle es de mucha importancia en las secuencias que siguen. Hay muchos métodos de combatir el insomnio y parece que el rey tuvo la costumbre de leer su diario personal que fue guardado en su habitación. “el libro de las memorias y crónicas” Esto sería los registros oficiales de la corte (2:23; 10:2). Un libro de esta clase, con abundantes anécdotas, y ha sido costumbre de los reyes orientales de todos los tiempos, hacer que frecuentemente se les lean los anales del reino.

6:2. “Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían planeado matar al rey Asuero.” 

Leyendo acerca del complot organizado para asesinar al rey, descubrió que el hombre que salvó su vida no había sido recompensado y quería arreglar la situación inmediatamente, aunque era la madrugada. Estaba preocupado por este asunto. Normalmente preguntaría a la persona que iba a recibir el premio, pero en este caso no hubo tiempo. Su atención fue dirigida a los servicios importantes de Mardoqueo, servicios todavía no gratificados. Es visible, claramente, la intervención inmediata de la divina providencia. 

El gran cambio que sucedió inmediatamente fue por la obligación que el rey sentía de dar una recompensa digna al que le había salvado la vida. Era natural que consultara con su ministro principal en la toma de una decisión tan importante. ¡Y en el mismo instante entró tal oficial! 

6:3. “Y el rey preguntó: ¿Qué honra o qué distinción se concedió a Mardoqueo por esto?  Los servidores del rey, sus oficiales, respondieron: Nada se ha hecho en su favor.” 

Un recuerdo para nosotros: Como hijos de Dios debemos de ser agradecidos con el prójimo (1 Corintios 1:4) pero sobre todo con Dios (1 Tesalonicenses 5:18) 

6:4-9. Amán sin saberlo selecciona el honor debido a Mardoqueo

6:4. “Entonces el rey preguntó: –¿Quién está en el patio?   En aquel momento llegaba Amán al patio exterior de la casa real, para pedirle al rey que ordenara colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada.”

Esto fue temprano en la mañana. La costumbre invariable de los reyes en los países orientales es tratar sus asuntos en la mañana, antes de que el sol caliente, a menudo al aire libre, y así con toda probabilidad había venido Amán, en carácter oficial, para pedir a su señor le autorice castigar a Mardoqueo. 

Su desmedida prisa para asegurar la destrucción de Mardoqueo hizo que él fuera la persona escogida por el rey para que tributara a Mardoqueo los máximos honores. ¡Cuán a menudo la soberbia precede al quebrantamiento, y la altivez de espíritu a la caída! (Proverbios 16:18). 

6:5. “Y los servidores del rey le respondieron:  –Amán está en el patio. –Que entre –dijo el rey.”

No sería una sorpresa ver a Amán temprano en el palacio esperando audiencia. A veces el rey hacía esperar, según su voluntad, a la gente por mucho tiempo. Recordamos en capítulo 5 que Amán estuvo siguiendo su propia agenda por el odio que tuvo hacia Mardoqueo y tuvo la intención de recibir el permiso para ejecutarle. También había experimentado una noche de insomnio; había arreglado todo siguiendo el consejo de su familia. Supervisó la preparación de la horca y con prisa se fue al palacio. El rey, lleno de determinación, no preguntó la razón de la visita de Amán, sino que continuaba con sus pensamientos de la noche. ‘¿Qué debe hacerse al hombre a quien el rey quiere honrar?’ (v 6)

6:6-9. El orgullo otra vez

6:6. “Entró, pues, Amán, y el rey le preguntó: –¿Qué debe hacerse al hombre a quien el rey quiere honrar?  Amán dijo en su corazón:  «¿A quién deseará el rey honrar más que a mí?» 

Amán quiere: 

  • la honra.  
  • la distinción. 
  • el reconocimiento.

Amán es egoísta. Sólo piensa en sí mismo. 

Alimentado por su orgullo, contento con la atención de la reina y gozoso por causa de la invitación a entrar en la presencia del rey, Amán imaginaba que se refirió a él. ¿Quién más? Su ambición estuvo realizada tan fácilmente que otra vez imaginaba que el rey estuvo siguiendo la costumbre de preguntar al recipiente mismo lo que quería recibir como premio.  

Tanto el rey como Aman está pensando en el mismo hombre, Mardoqueo, pero con intenciones muy diferentes

Recuerde que Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (1 Pedro 5:5)

Amán por quererse enaltecer seria humillado (Lucas 14:11)

6:7. “Respondió, pues, Amán al rey: –Para el hombre cuya honra desea el rey, 

Pero Amán por supuesto no iba a sugerir lo normal como terreno o casa sino algo para elevar su estado social. ¡Aun tuvo el alto riesgo de sugerir que la persona se vistiera de la ropa del rey! Deseaba recibir el prestigio y alabanza que pertenecían a un hombre honrado por su soberano

 6:8. “…traigan un vestido real que el rey haya usado y un caballo en que  el rey haya cabalgado,  y pongan en su cabeza una corona real;”

“el vestido real de que el rey se viste” Es una prenda que ha llevado un rey o príncipe, se considera un obsequio honorífico, y es entregada con gran ceremonia. 

el caballo en que el rey cabalga” Persia es el país de caballos, y el corcel brioso en que cabalgaba el rey, tomaba, a los ojos de sus súbditos, una especie de carácter sagrado por aquella circunstancia. 

la corona real que está puesta en su cabeza” Tal vez el turbante real, o puede ser la tiara, con que, en procesiones oficiales, se adorna la cabeza del caballo. 

Estos vestidos o similares están descritos en 8:15 y podemos imaginar su grandeza. La Biblia menciona la importancia de los vestidos como algo especial en varias ocasiones. Pensamos en José, en Sansón (Jueces 14:12), los vestidos del Sumo Sacerdote entre otros. La corona podría tratarse de una especie de turbante en forma de corona. 

6:9. “…den luego el vestido y el caballo a alguno de los príncipes más nobles del rey, vistan a aquel hombre que el rey desea honrar, llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad y pregonen delante de él:  «Así se hará al hombre que el rey desea honrar». 

En grandes ocasiones públicas, el caballo real es conducido por mano del súbdito más elevado, por las calles principales de la ciudad, ceremonia que puede durar varias horas.

6:10 La humillación

6:10. “Entonces el rey dijo a Amán: –Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho.” 

¡Ahora hasta Mardoqueo tendría que darle honor!

Entonces el rey dijo a Amán: «Date prisa». Es interesante que se repitan estas palabras varias veces en los versículos 10, 12, 14.

La velocidad había aumentada del punto de vista del rey, pero para Amán la vida estaba virtualmente parada. Es casi imposible imaginar la cara de Amán cuando oyó estas palabras. Quizás tampoco pudiera caminar. El escritor usa sus destrezas lingüísticas repitiendo todo lo que Amán había sugerido – todo lo que él tuvo que hacer ahora para Mardoqueo. Vemos otro contraste entre los dos hombres después de un incidente tan público, Mardoqueo no dio énfasis en su elevación repentina, sino que regresó a su vigilia diaria sentado a la puerta real esperando noticias de la intervención de Ester en el destino de su pueblo. 

No tuvo más opción que obedecer a la autoridad mayor.

Amán había caído preso por su propia boca (Proverbios 6:2) y ahora comería del fruto de ella (Proverbios 13:2)

A Amán le saldría caro haber hablado antes de haber escuchado todos los detalles (Proverbios 18:13)

La Biblia nos advierte de hablar rápidamente sin pensar o saber los detalles, especialmente ante Dios (Eclesiastés 5:2)

6:11. “La honra: la recompensa de la humildad”    

6:11. “Amán tomó el vestido y el caballo, vistió a Mardoqueo, lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad e hizo pregonar delante de él:  «Así se hará al hombre que el rey desea honrar». 

¿Qué ha hecho o dicho Mardoqueo durante toda esta tragedia cuando todo el mundo está en su contra? 

1. ¡Nada! Se vistió de cilicio y de ceniza y empezó a clamar a Dios. Recibe la honra y el reconocimiento con humildad y “volvió a la puerta real”.

2. Ahora recibe la honra y la distinción por su fidelidad y por su perseverancia en servicio

¿Cómo reaccionamos cuando es otro quien recibe la honra? 

Recuerde que cada uno de nosotros somos siervos del mismo Señor, y nuestro Señor puede honrar a quien Él quiera. (Romanos 14.4)

No se moleste cuando otro reciba la honra. No lo juzgue. (Romanos 14.10)

Deje el asunto con Dios y goce en que un cristiano ha hecho algo digno de honra. 

Si usted es el que recibe la honra, ¡tiene que tener mucho cuidado con el orgullo!

Aunque no podemos hacer ninguna comparación entre nuestro Dios y un rey malo de Persia, nos hace pensar en una recompensa ofrecida por un rey. Nos hace buscar ecos. Es algo que el rey va a determinar. Los sirvientes hacen sus obligaciones diarias sin pensar en recompensas especiales. Esto es porque los creyentes reconocen la deuda tan grande incurrida que nunca podemos pagar. ‘Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.’ (Lucas 17:10) No podemos ganar nada por obras sino lo que ‘el rey desea honrar’. Por la gracia somos salvados.

 6:12-14. El desaliento y el desmoronamiento de Amán

6:12. “Después de esto, Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.”

“Después de esto…”

  • la victoria viene pronto 
  • el cambio de poder y control en el reino sucede rápidamente
  • buenas cosas están por suceder en la vida y el reino de Asuero.

La Biblia usa la palabra ‘apesadumbrado’ que tiene el sentido de dolor o aflicción. Ahora con la cabeza cubierta para que nadie le reconociera. Y más humillación le esperaba. Tuvo que contar lo que había pasado a su familia. “cubierta su cabeza” es una señal de duelo (2 Samuel 15: 30). 

6:13. “Contó luego Amán a Zeres, su mujer, y a todos sus amigos, cuanto le había acontecido; sus consejeros y su mujer Zeres le dijeron: –Si ese Mardoqueo, ante quien has comenzado a declinar, pertenece a la descendencia de los judíos, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él.” 

¿Las palabras de su esposa están quizás con ironía?

 Hay una indicación de cosas más profundas. El uso de ‘descendencia de los judíos’ debe haber tenido gran significación en las conversaciones de estos descendientes de los amalecitas recordando la historia (Deuteronomio 25:17-19 y el estudio del capítulo 3.) Pero no hubo tiempo para hablar más porque venían para llevar a Amán al banquete. Era normal proveer un acompañamiento para los invitados del rey.

6:14. “Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron apresurados, a fin de llevar a Amán al banquete que Ester había dispuesto.” 

Además de la invitación extendida para una función, siempre se envía un mensaje a los invitados, inmediatamente en el día y la hora convenidos, para anunciar que todas las cosas están listas.

Otra vez un cambio completo. Ya no hubo el gozo en la procesión, ya no hubo la agilidad en su paso, ya no hubo placer en la adulación de la muchedumbre, ya no hubo la anticipación de una sesión de beber y comer con el rey y la reina. Solamente un terrible presagio…… ‘Y fue pues, el rey con Amán al banquete de la reina Ester.’ (7:1)

Los mensajeros del rey ya estaban a la puerta para llevar a Amán al segundo banquete de Ester. Le había llegado la hora.

Reflexionando……

Después de todo lo que hemos visto en este capítulo, una lección debería quedarse siempre en nuestras mentes y en nuestros corazones.  

• ¡No se preocupe por las circunstancias de su vida! ¡Sea humilde y confíe en Dios!

• En cualquier situación (“honrados” o “humillados”), lo que nos toca a nosotros es simplemente “volver a la puerta real” (v12; seguir haciendo la obra a la cual Dios nos ha llamado). 

• Si hacemos esto, Dios nos cuidará siempre: Santiago 4.6 y 1 Pedro 5.6.

Preguntas pertinentes

  1. ¿En qué manera es la vida de Amán un cuadro de las palabras de Jesús en Lucas 11:14?
  2. ¿Cómo se describe la vida en 1 Corintios 9:24-27… ¿Cuál es el premio y cómo podemos ganarlo?
  3. En Colosenses 3:9-10 habla de los vestidos nuevos en la vida en Cristo. ¿Hemos manchado nuestros vestidos? Lea el contexto en vs 5-15 para examinarnos. 
  4. Piense en un aspecto de su vida que quiere cambiar para ser más como Cristo.

En este pasaje podemos ver 5 evidencias de la providencia de Dios.

El rey tiene insomnio. Salomón escribe en Eclesiastés 5:12, “El trabajador duerme tranquilo, coma mucho o coma poco. Al rico sus muchas riquezas no lo dejan dormir.”

¿Serían las “preocupaciones de estado” las que no dejaban al rey dormir? ¿Estaría preocupado por sus finanzas? ¿Habría comido o bebido mucho durante el banquete con la reina? 

¿Estaría perplejo por la misteriosa petición de la reina?

El rey decide como entretenerse. El rey Asuero tenía a su disposición muchas formas de entretenimiento. Podía haber llamado a una de sus concubinas del harem. O él y sus guardias podían haber jugado algún juego; o podía haber llamado al trovador de palacio para que le cantara una balada. ¡Pero no! El pide que le lean un libro.

El oficial del rey escoge el libro. Dios dirige al rey Asuero a que preguntara por las crónicas, para que se las leyeran.

Dios dirige al ayudante a que sacara el mismo libro donde habían escrito el servicio de gran valor que Mardoqueo había hecho por al rey, cinco años antes. Definitivamente que habría otros volúmenes a mano…

La demora del rey en premiar a Mardoqueo. Este es el punto clave. Si Mardoqueo hubiera sido honrado hacía cinco años, los eventos de este día crítico no hubieran sucedido.

Lo que sí sabemos es que Dios estaba a cargo de la situación, y ya había seleccionado el día en que Mardoqueo sería honrado. ¿Está Dios a cargo del tiempo y de los horarios? ¡Por supuesto que lo está!

La llegada tan oportuna de Amán. Es posible que Amán se hubiera pasado la noche entera levantado supervisando la construcción de la horca que tenía planeada para Mardoqueo. Era bien temprano por la mañana, pero Amán quería ver al rey, lo antes posible para conseguir el permiso para la ejecución de Mardoqueo. ¡Ahora sí que los judíos temblarían! ¿Imagínense si Amán hubiera llegado dos horas más tarde? 

Cuando reflexionamos acerca de las evidencias de la providencia de Dios, no nos queda de otra que ponernos de rodillas ante Dios… de alabarlo… y de darle gracias por ser el gran Dios que es.

Capítulo anterior: Capítulo 5. Ester interviene

Continúa leyendo: Capítulo 7. Amán ejecutado
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